Un modelo de convivencia en propiedad horizontal

Por Daniela Barbosa
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La propiedad horizontal es un modelo de convivencia que se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años. Este sistema se refiere a la propiedad de un edificio o conjunto residencial en el que cada propietario tiene un derecho de propiedad exclusivo sobre una unidad privada, así como un derecho de propiedad compartido sobre las áreas comunes.
Este modelo de propiedad es particularmente atractivo porque permite a los propietarios disfrutar de una mayor privacidad y seguridad, al tiempo que les brinda acceso a comodidades compartidas como piscinas, áreas verdes, gimnasios y salas de reuniones.

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Además, la propiedad horizontal ofrece una serie de ventajas en términos de gestión y mantenimiento del edificio. En lugar de que cada propietario sea responsable de su propia unidad, el mantenimiento y la reparación de las áreas comunes son compartidos entre los propietarios. Esto significa que los costos de mantenimiento pueden ser reducidos y que los propietarios pueden beneficiarse de una gestión más eficiente.
Esta forma de propiedad se ha vuelto cada vez más común en los últimos años, pero todavía hay muchas personas que no entienden completamente cómo funciona y cuáles son sus obligaciones y responsabilidades como propietarios.
En este artículo, te explicaremos de manera clara y sencilla todo lo que necesitas saber sobre este modelo de convivencia En primer lugar, es importante entender que en una propiedad horizontal existen dos tipos de propietarios: los propietarios de las viviendas o locales (conocidos como «unidades») y los propietarios de las áreas comunes (como el vestíbulo, la escalera, el ascensor, el jardín, la piscina, entre otros). Ambos tipos de propietarios tienen derechos y obligaciones que deben respetar para garantizar el buen funcionamiento de la comunidad.
Entre las obligaciones de los propietarios de las unidades, se encuentra el pago de la cuota de mantenimiento, que se utiliza para cubrir los gastos comunes del edificio, como la limpieza, el mantenimiento de las áreas comunes, la seguridad, entre otros. Además, deben respetar las normas y reglamentos de la comunidad, como el horario de uso de las áreas comunes, el ruido y la limpieza de sus propias unidades.

Por otro lado, los propietarios de las áreas comunes tienen la responsabilidad de mantenerlas en buen estado y asegurarse de que estén disponibles para el uso y disfrute de todos los propietarios. También tienen la tarea de velar por la seguridad de la comunidad y tomar medidas necesarias para prevenir accidentes o problemas de seguridad.
Además de estas obligaciones, la Propiedad Horizontal también establece ciertas reglas y procedimientos para la toma de decisiones y la resolución de conflictos en la comunidad. Por ejemplo, la junta de propietarios es el órgano encargado de tomar decisiones importantes, como la aprobación del presupuesto anual o la contratación de servicios para el mantenimiento del edificio. Asimismo, existen procedimientos para resolver conflictos entre propietarios, como la mediación o el arbitraje.
En general, la propiedad horizontal puede ser un modelo de convivencia muy atractivo y beneficioso para aquellos que buscan un estilo de vida más comunitario y accesible. Sin embargo, es importante tener en cuenta las responsabilidades y desafíos que este modelo de propiedad puede presentar, y asegurarse de que se tomen las medidas necesarias para garantizar una gestión eficiente y justa de las áreas comunes.